Los árboles.

A ellos nos debemos todas las criaturas. Desde el diminuto insecto hasta la reina de los bosques el águila imperial, sabe dentro de su corazón que sin el árbol la vida no se sostendría en el planeta. La hormiga y la abeja en su vivir y su hacer -en su arte- agradecen cada día a los árboles, libando en sus flores y aireando la tierra. Las aves y los conejos ¿Qué serían sin los maestros?

Maestros, sí, pues para el hombre eso son. ¡Cuanta bondad y que evolucionados están los árboles! ¡Qué sobriedad! Ellos guardan para quien se les acerque la profunda enseñanza que todos olvidamos. Directa o indirectamente contribuimos a matarlos y no sólo asesinamos a los árboles sino a todas las criaturas cuyas existencias están ligadas a ellos: insectos, aves, mamíferos y... sí, amigos, nos matamos también a nosotros mismos y a los niños que heredaran esta tierra. 

Nuestros ancestros y la gente antigua del campo, la que de verdad convivía en equilibrio con el, no talaba un árbol así no más, a no ser que lo necesitara estrictamente para sobrevivir. " pa que voy a tronchar un árbol si hay leña caída en el monte" dice una letra de Atahualpa Yupanqui. 

Muebles realizados con maderas exóticas cotizados a un alto precio, obras de arte realizadas en maderas exóticas, instrumentos musicales construidos con madera procedente de talas masivas yejemplares centenarios. No es nada malo construir guitarras utilizando madera de un árbol que muríó y del cual se aprovechó la madera, el problema es cuando las personas piden y piden más y más guitarras de palosanto y ébano. Los muebles y ornamentaciones de lujo y un largo ect que para nosotros no tiene justificación ninguna. 

¿Es que la vida de un árbol se mide con el dinero y el dinero justificado por el esfuerzo justifica su muerte? Un nativo cuando talaba un árbol o cortaba alguna rama, sabía que le iba a hacer daño al árbol, pedían permiso y perdón; luego el nativo en su vida diaria preservaba y cuidaba la vida del bosque. Ese es para nosotros el papel del hombre como especie tan lejano hoy día: guardianes de la vida y discípulos de los árboles.

Ellos están ahí esperándonos, acompañándonos desde siempre. Nunca es tarde para hablarles, para sentarse junto a ellos con un instrumento musical y decirles, por ejemplo: gracias a ustedes puedo participar del misterio de la música y su mágia, gracias a ustedes vivo y me mantengo en pie.

Son sabios, muy sabios y no es de extrañar que en oriente los veneren y los admiren

Saludos.